Salvan a un bebé de morir asfixiado policías municipales de Nezahualcóyotl

Un bebé de nueve meses que durante la hora de la comida con su familia se atragantó con los alimentos, estuvo a punto de morir asfixiado, pero gracias a la oportuna, eficiente y efectiva intervención de elementos de la Policía Municipal de Nezahualcóyotl, fue posible salvarle la vida y evitar una tragedia que marcara a sus padres, así lo informó Vicente Ramírez García, titular de la Dirección General de Seguridad Ciudadana.

El funcionario refirió que los hechos ocurrieron cuando elementos de la Policía Vecinal de Proximidad realizaban su patrullaje en calle Oriente 5, entre Sur 3 y la Avenida Loma Bonita en la colonia Reforma, cuando escucharon los gritos de una mujer que solicitaba auxilio, por lo que se aproximan a ella para verificar la situación, quien les dice que su niño se está asfixiando con una yema de huevo hervido.

De inmediato los agentes del orden acudieron al lugar de los hechos donde la progenitora del menor salió con el niño en brazos, confirmando que se estaba ahogando e incluso los uniformados se percataron de que el bebé ya presentaba cambios en el color de su piel, por lo que era crucial intervenir, de inmediato le aplican los primeros auxilios con la maniobra de Heimlich sin titubear, pues ambos elementos están capacitados en primeros auxilios.

Destacó que fue así que el niño expulsó el alimento y así los policías vecinales del cuadrante 152 le desbloquearon las vías respiratorias; sin embargo, ya que el menor no lloraba y tenía bajo el pulso lo trasladaron al Hospital General Regional La Perla, donde recibió atención médica y actualmente se encuentra sano, estable, con su familia, puntualizó.

Mirna Jazmín Carmona Durán, una de los elementos de la Policía Vecinal de Nezahualcóyotl que respondió primero ante la alerta de la vecina y en aplicarle la maniobra, narró que primero presionó ligeramente el estómago del menor para ayudarlo a expulsar el objeto que le obstruía la garganta, notó que abrió los ojos pero en ese momento no lloró, así que su compañero Francisco Jonathan Romero García la complementó colocando al niño boca abajo dándole masajes en la espalda para que arrojara lo que bloqueaba sus vías respiratorias.

Detalló que en ese momento tuvo miedo pero que tenía que reaccionar porque se trataba de una vida y si como policías pueden ayudar a salvar una vida, para ellos es un orgullo hacerlo.